Cómo actuar ante la agresividad de los niños en edad escolar
- 14/05/2023
La desobediencia, las conductas disruptivas, la agresividad en los niños en edad escolar es un tema muy común en la práctica psicológica. Los padres y educadores suelen preocuparse cuando los niños tienen comportamientos violentos o agresivos, y es importante abordar estos comportamientos de manera adecuada para evitar que se conviertan en un patrón de conducta.
Antes de comenzar a hablar sobre cómo gestionar la agresividad en los niños, es importante entender que los comportamientos agresivos en los niños son normales en cierta medida. Los niños están aprendiendo a gestionar sus emociones y su comportamiento, y es normal que tengan momentos de frustración y rabia. Sin embargo, cuando estos comportamientos se vuelven frecuentes y problemáticos, es necesario abordarlos.
¿Cómo debemos gestionar los comportamientos agresivos?
Lo primero que debemos hacer como padres es reconocer la emoción que subyace a la agresividad del niño. A menudo, la agresividad es una forma de expresar la frustración, el miedo, la ansiedad o la tristeza. Los niños a menudo no tienen la capacidad verbal para expresar estas emociones de manera efectiva, por lo que pueden recurrir a comportamientos agresivos.
Una vez que se ha identificado la emoción subyacente, es importante enseñar al niño habilidades de comunicación efectiva. Esto puede incluir enseñarle a expresar sus emociones con palabras, a respirar profundamente para calmarse, y a identificar sus necesidades y deseos. También puede ser útil enseñarle habilidades para resolver problemas y tomar decisiones, lo que puede ayudar a reducir la frustración y la agresividad.
Otro aspecto importante en la gestión de la agresividad en los niños es el establecimiento de límites y consecuencias. Los niños necesitan conocer cuáles son las expectativas y límites, y cuáles serán las consecuencias si no los respetan. Sin embargo, es importante que estas consecuencias sean proporcionales y relevantes al comportamiento, y que se apliquen de manera consistente.
Por último, es importante que padres y educadores enseñen a los niños habilidades para gestionar el estrés y la ansiedad. El estrés y la ansiedad pueden contribuir a comportamientos agresivos, por lo que es importante que los niños aprendan estrategias de relajación, como la meditación o la actividad física. También es importante que los niños aprendan a identificar los factores estresantes en sus vidas y a desarrollar estrategias para manejarlos.
Es un proceso complejo en el que seguro que viene bien a padres y educadores contar con la ayuda experta de un psicólogo infantil. En Pediatrics Lleida la Dra. Anna Huguet es la profesional especialista que os ayudará a gestionar la agresividad de vuestros hijos.